La cámara de descarga está especialmente indicada para la evacuación, de forma automática e intermitente, de las aguas acumuladas en una arqueta -pluviales, residuales o procedentes del nivel fréatico- hacia un colector de saneamiento. El funcionamiento de la cámara está basado en el principio físico del sifón por lo que además de funcionar sin otra energía que la del propio fluido y de carecer de mecanismos móviles susceptibles de averias, mantiene permanentemente un tapón hidráulico que preserva a la arqueta tanto de la emanación de gases y olores como del paso de animales (cucarachas, roedores, etc.) procedentes de la red de saneamiento. El hecho de actuar mediante aspiración favorece, además, la limpieza de todo el sistema de evacuación cada vez que se produce la descarga.