Ejecución hincas y microtuneles de tubería para instalaciones de telefonía, energía, alumbrado o saneamiento

En ocasiones nos encontramos con que es necesario realizar la canalización de telefonía, energía, alumbrado o saneamiento atravesando una carretera, o un vía de tren o cualquier otra edificación que no permite excavar una zanja, o en las que el coste de hacerlo sería elevado, por desvíos de tráfico, levantamiento de la calzada o vía de tren y posterior reposición, etc... En esos casos es necesario realizar una hinca o microtunel. Una hinca es una perforación horizontal subterránea con una especie de mini tuneladora, una máquina neumática o de percusión, que permite introducir un conducto de acero u hormigón que albergará los conductos de la instalación de telefonía, ICT, alumbrado, energía, saneamiento u otras. 

 

El avance de tubos solo es posible en determinadas condiciones, resultando poco recomendable, y en muchos casos imposible, en terrenos de arena fluida, arena movediza y terrenos pantanosos y en terrenos rocosos. Los primeros, poco consistentes, impiden asegurar la instalación de tubería contra hundimientos a la vez que impiden el guiado de la tubería, de modo que todo el recorrido del tubo puede variar de posición durante el avance. En los terrenos rocosos no es posible hacer la hinca de tubería pues sólo podría ser perforado con máquinas especiales o por medio de voladuras.

Es importante que la tubería utilizada para la hinca sea de superficie exterior lisa y con una repelencia al agua que reduzca la fricción durante la hinca, además suele ser de material no corrosivo.

En Exvendi realizamos hincas de tubos por percusión o neumática, es un sistema no direccionable de formar una perforación introduciendo en el terreno una camisa de acero, normalmente con el frente abierto, empleando un martillo de percusión desde un pozo de ataque. Los restos se retiran del frente abierto de la camisa mediante un tornillo sin fin, con chorro de agua a presión o con aire comprimido. En las condiciones de terreno adecuadas, se puede emplear una camisa cerrada.

Para la ejecución de la hinca, el primer tubo a hincar lleva soldado en una punta una cabeza de refuerzo para evitar deformaciones si se encuentran piedras, y otros materiales duros.

El martillo de hinca hace que el tubo de acero penetre en el terreno desde el foso de arranque siguiendo la línea establecida por los carriles de guía.

Como son hincas no guiadas, la precisión se mejora con un buen arranque, por lo que hay que poner especial cuidado en el primer tubo, ya que una vez hincado solo se puede controlar la velocidad de avance para detectar si hay elementos extraños o surge alguna anomalía.

Cuando el primer tubo ha sido hincado, se para el martillo y se retira, soldándose a continuación el siguiente tramo de tubo de acero in situ. El ciclo se repite hasta que el primer tramo de tubo alcanza el foso o el punto de recepción.

Completada la hinca de tubos, se descubre la punta que habrá llegado al foso de salida, y se limpia con aire comprimido o agua a presión el material qua haya quedado en el interior del tubo de hinca.

Con el tubo limpio y retirados la cabeza de refuerzo y el torpedo hincador, se puede instalar el tubo de servicio que se aloja dentro del tubo vaina sin mayores dificultades.